Rol de la emoción en la conducta alimentaria
Las emociones tendrían un rol en la elección, calidad y
cantidad de alimentos ingeridos, lo que llevaría al aumento
o disminución del peso corporal. La relación entre las
emociones y la conducta alimentaria es bidireccional y es
dependiente del contexto, de la variabilidad de la emoción
en cuanto a su valencia, excitación e intensidad, así como
de la variabilidad fisiológica del sujeto. Dentro del contexto
de la obesidad, se ha descrito el concepto del “comedor
emocional” como aquel individuo que utiliza los alimentos
como un mecanismo disfuncional para afrontar sus emociones
negativas (ira, apatía, frustraciones, entre otras). Estas
emociones negativas estarían más presentes en situaciones
de alto estrés percibido, lo que conllevaría al aumento de
la ingesta de alimentos llamados “reconfortantes”, como
lo son aquellos altos en azúcares y grasas.
